CDXtra. LONDRES-Preguntado sobre lo que más le pasaba en el tenis profesional, Pete Sampras dijo una vez que era la sensación de que se le ocurriría una hora antes de la final de Wimbledon. Comenzaría a sentirse enfermo, porque sabía que todo el mundo iba a estar observando.
Así es como la mayoría de los jugadores hablan de la Cancha Central. Por un lado, no cambiarían la oportunidad de jugar en él para nada; Por el otro, caminar hacia fuera allí es la experiencia más nerviosa de sus vidas.
Este domingo, Roger Federer no habría querido estar en ningún otro lugar.
Con su triunfo por 6-3, 6-1, 6-4 sobre Marin Cilic, ganó su octavo Wimbledon, marca masculina, por primera vez, lo hizo sin dejar caer un set y su 19º título mayor. Después de cojear en la misma arena hace 12 meses con una lesión en la rodilla, y preguntándose si alguna vez volvería, esta fue una de las victorias más gratificantes de la carrera de dos décadas de Federer.
Para Cilic, sin embargo, su primera experiencia en una final de Wimbledon fue nada menos que una pesadilla. Dos días antes, al final de su semifinal victoria sobre Sam Querrey, había comenzado a sentir dolor de una ampolla en la bola de su pie izquierdo. Los físicos del torneo habían trabajado en él antes de la final, pero el dolor persistió a través de su práctica el domingo por la mañana.
“Hicieron todo lo que pudieron”, dijo Cilic. “Cada vez que tenía que hacer una reacción rápida, rápido cambio de movimiento, no pude hacer eso.”
Después de romperse en 2-2 en el primer set, el juego de Cilic rápidamente se desentrañó. Sus cambios eran tarde, y se lanzó para la pelota, en lugar de dar pequeños pasos para establecer. Al final del set, sabiendo que el dolor no iba a cesar, estaba llorando.
“Era sólo una sensación de que sabía que no podía dar lo mejor de mí en la cancha”, dijo Cilic, “que no puedo dar mi mejor partido y mi mejor tenis, en un partido tan grande”.
Federer dijo que no era consciente de cuál era el problema específico de Cilic; Desde su conferencia de prensa después del partido, todavía no lo sabía.
“Pensé que tal vez estaba mareado o algo así”, dijo Federer. “Porque no podía decir lo que era, en realidad hizo las cosas más fáciles … Porque yo no sabía y no podía decirlo, sólo dije, ‘Concéntrese en su juego.'”
Antes, había elegido a Cilic para ganar. Había estado construyendo hasta este momento a través de la temporada de césped, y casi había batido a Federer el año pasado. Pero incluso cuando Cilic estaba golpeando decentemente en la salida de hoy, Federer estaba a la altura del desafío. Manejó los movimientos profundos y planos de Cilic, y por el medio del primer set había empezado a leer los servicios del croata y se los ponía encima.
El nuevo revés de Federer, más libre y más fuerte también estaba en evidencia. Cerca del final del primer set, disparó dos pases de revés en Cilic de cerca; El segundo fue para un ganador. En este partido y en su triunfo de cuartos de final en línea recta sobre Milos Raonic, el hombre que lo venció aquí en 2016, Federer demostró cuánto mejor-más nítida, más fuerte, más completa-que ahora se compara con hace 12 meses.
“Honestamente, todo estaba basado en la salud”, dijo Federer. “No era sobre el juego en sí, cómo debía jugar cuando regresé a Wimbledon este año. Fue todo [tratar de] ponerme en un buen estado físico que podría competir con los mejores y jugar siete veces en cinco sets. Ese era mi objetivo. Lo logré.
Después de una batalla de dos semanas, Federer, a los 35 años, fue el último hombre en quedar de pie. Él acreditó el apoyo de su familia y equipo para conseguirlo de nuevo a este lugar.
“Les hice la pregunta con sinceridad, a cada uno de mi equipo, si pensaban que podría volver a ganar”, dijo Federer. “Básicamente, la respuesta fue siempre la misma de ellos: Que pensaban que si estás 100 por ciento saludable y estás bien preparado, estás ansioso por jugar, entonces todo es posible”.
Federer dice que todavía está sorprendido por lo bien que le ha ido en su 2017 .
“Así que supongo que también te habrías reído”, le dijo a un periodista, “si te dijera que iba a ganar dos Slams este año”.
La experiencia ha abierto sus ojos sobre lo que puede lograr -con la cantidad correcta de descanso- en el futuro.
“Sólo tengo que recordarme siempre que la salud es lo primero en este punto”, dijo. “Si lo hago, tal vez las cosas son realmente posibles que yo no pensaba que eran.”
¿Qué lo haría ir a los 40? Desde luego esa vieja sensación de la Cancha Central, por supuesto.
“Siempre he sido un gran jugador”, dijo Federer. “Siempre sentí que jugaba lo mejor posible en las canchas más grandes. Me esforcé en la Corte 18, para ser honesto … Simplemente no sentí que golpeé la pelota tan bueno que en el Centro de la Corte. Eso siempre iba a ser algo bueno, si jugaba a los mejores jugadores, o en los partidos más grandes, eso me serviría bien “.
Sampras, el jugador que Federer pasó hoy por la mayoría de los títulos de los hombres de Wimbledon, perdió esa sensación de la Cancha Central después de que se retiró, a pesar de que lo había enfermado. Diecinueve años después de su debut aquí, Federer todavía no puede obtener suficiente. No lo va a perder hasta que él absolutamente tiene que hacerlo.
El jugador de 35 años sólo aumentó su felicidad a lo largo de la quincena y especialmente el domingo, cuando ganó un octavo título de Wimbledon récord, separándose de Pete Sampras en la lista de todos los tiempos. Federer también se convirtió en el segundo jugador en la Era Abierta a ganar Wimbledon sin dejar caer un set (Bjorn Borg, 1976).
