Medio millar de peloteros nacidos en América Latina ha tomado parte oficialmente de los entrenamientos primaverales de las Grandes Ligas.
La cifra, que mantiene la tendencia de los últimos años, abarca 11 nacionalidades en total, que van desde los 206 representantes de la República Dominicana hasta la solitaria representación de Honduras, que tiene al campocorto Mauricio Dubón practicando con los Cerveceros de Milwaukee.
En el Spring Training de 2018 coincidieron 491 jugadores oriundos de naciones con raíz iberoamericana, contando aquellos protegidos en el roster de 40 y quienes fueron invitados oficialmente a las Mayores.
Sumando a los que vieron la luz en Aruba, Curazao y las islas angloparlantes del Caribe, el registro sobró entonces los 500 nombres.
Lo mismo ocurre en 2019. Esta vez fueron convocados formalmente 485 elementos, desde la multitudinaria tropa quisqueyana hasta Dubón, y de nuevo superarían los 500 si sumaran a todos los caribeños, sin importar su lengua, aunque no todos sean estrictamente latinos.
Los antillanos también son protagonistas importantes de Grandes Ligas. Es una delegación que cuenta con arubeños como el Xander Bogaerts, campocorto de los Medias Rojas de Boston, los campeones de la Serie Mundial, y curazoleños como Andrelton Simmons, quizás el mejor torpedero del momento, además de Kenley Jansen, cerrador de los Dodgers de Los Ángeles. Y abarca una parte del talento emergente, cuyo mejor representante quizás sea Ozzie Albies, el camarero de los Bravos de Atlanta, y entre quienes asoman el lastimado Jharel Cotton, nativo de Islas Vírgenes, y el paracorto Lucius Fox, legítimo prospecto de las Bahamas.
Pero hay que volver a América Latina, representada en los entrenamientos por Dominicana (con sus 206 peloteros), Venezuela (148), Cuba (41), Puerto Rico (35), México (22), Colombia (13), Panamá (10), Brasil (5), Nicaragua (3), Honduras (1) y Perú (1).
El último caso es particularmente llamativo. El zurdo Jesús Luzardo vio la luz en Lima, la capital peruana, aunque reclama su nacionalidad venezolana, herencia de sus padres. En el último Juego de Estrellas Futuras llevó la bandera de Venezuela en el uniforme. Pero en los registros oficiales se convertirá en el primer peruano en jugar en la gran carpa, cuando finalmente ocurra su esperado debut con los Atléticos de Oakland.