La primera batalla de la guerra de Los Ángeles demostró que estamos ante uno de los duelos más igualados que se recuerdan en la ciudad de las estrellas. El aterrizaje de Kawhi Leonard, Anthony Davis y el ausente Paul George, ha dado más brillo a un enfrentamiento de muchos quilates y que en su primer asalto cayó del lado de los Clippers (112-102), que exhibieron mayor profundidad de banquillo a pesar de la baja de una de sus estrellas.
El choque comenzó por todo lo alto, con los recién llegados Anthony Davis (25 puntos y 19 rebotes) y Kawhi Leonard (30+6+5) exhibiendo su estatus de superestrellas de la liga y con LeBron (18+9+8) comandando las operaciones desde un segundo plano. Un primer cuarto vibrante en el que los dos equipos intercambiaron golpes como si no se tratara del primer partido del curso para el deleite de la grada del Staples que ya sabe lo que les espera esta temporada. Cuando sonó la campana, los primeros puntos fue para la bandada de LeBron y compañía, que entraron con un plus de energía en el parquet.
Sin embargo, el paso por su esquina despertó del letargo a unos Clippers que justificaron su condición de favoritos al anillo exhibiendo un fondo de armario prácticamente inagotable. Y es que si Kawhi no estaba en cancha para anotar, el testigo lo tomaban un eterno Lou Williams y su pareja de baile Montrezl Harrell, ambos saliendo desde el banquillo. El dúo que la temporada pasada sostuvo al equipo de Doc Rivers demostró que también son capaces de funcionar y brillar cuando los focos apuntan a otros compañeros.
La longitud de banquillo de los Clippers les daba ocho puntos de ventaja al descanso. Sin embargo, la distancia no era ni mucho menos definitiva.
Y no lo fue por culpa de Anthony Davis, que durante algunos minutos demostró que no ha llegado a California para vivir a la sombra de LeBron, y sobre todo de un espectacular Danny Green. El campeón de la NBA la pasada temporada con los Raptors protagonizó un auténtico recital durante el tercer cuarto del choque al anotar los seis tiros de campo que intentó, con cinco triples incluidos. El escolta terminó el choque con 28 puntos, protagonizando el mejor estreno de la historia con la camiseta angelina.
Así llegamos al último cuarto, con el partido empatado y el duelo entre dos amigos como Leonard y Green dejando algunos momentos memorables, que aventuraban un último parcial para el recuerdo.
Y lo fue, pero gracias a la defensa de la muchachada de Doc Rivers. Los Clippers, contagiados por la energía de Harrell y el espíritu defensivo de Leonard, bajaron el culo y metieron una marcha más para cerrar su propio aro, aprovechando la desconexión por momentos del eje LeBron-Davis y de malas decisiones ofensivas de Cook, Bradley y algunos secundarios de los Lakers que no se ajustaron correctamente a su papel. Un tiempo muerto de Rivers tras una tímida reacción de los Lakers terminó por espolear a los Clippers que, para alegría y desenfreno de su propietario Steve Ballmer, ya tienen su primera victoria y que mandaron su primer aviso serio al resto de la NBA: lo quieren todo y lo quieren ya.