El Tianjin Tianhai, equipo de la Superliga (máxima división del fútbol chino), que contó en sus filas con jugadores internacionales como el belga Witsel o el brasileño Alexandre Pato, anunció este jueves que está disponible gratis para un nuevo dueño que se haga cargo del club y de sus deudas.
Según la prensa china, la operación supondría la transferencia de todas las acciones del club a un nuevo dueño, que no tendría que pagar absolutamente nada por hacerse con ellas.
La decisión, explicó el club, se tomó por las “dificultades financieras”, que han provocado que más de una decena de jugadores abandonen sus filas durante la pretemporada -prolongada por la crisis del coronavirus-.
Según el Tianjin Tianhai, sus activos están valorados entre 649 y 772 millones de yuanes (entre 93,5 y 111,2 millones de dólares; entre 83,8 y 99,6 millones de euros).
Así pues, aunque no se ha desvelado el montante total del pasivo del club, la búsqueda a la desesperada de un nuevo dueño parece dejar claro que la deuda supera con creces a los citados activos, y algunos portales especializados hablan de “cientos de millones de yuanes”.
Pese a estos rumores, el entrenador del equipo, Li Weifeng, negó que el club vaya a perder su plaza en la Superliga.
En los últimos años, por las filas del equipo de Tianjin (en el noreste) pasaron jugadores internacionalmente conocidos como los brasileños Alexandre Pato, Jádson o Luís Fabiano, el belga Axel Witsel o el francés Anthony Modeste, así como entrenadores como Vanderlei Luxemburgo, Fabio Cannavaro o Paulo Sousa.
Durante estas últimas temporadas, el equipo fue conocido como Tianjin Quanjian, por el nombre de su principal patrocinador, la compañía de medicina tradicional china Quanjian, con la que el actual Tianhai cortó lazos debido a un escándalo judicial, perdiendo así su principal fuente de ingresos.
La empresa, según la justicia china, utilizó publicidad falsa para “quitarles a miles de personas sus ahorros” con esquemas piramidales, una estafa por la que su fundador, Shu Yuhui, fue condenado a nueve años de prisión y a pagar una multa de 50 millones de yuanes (7,2 millones de dólares o 6,5 millones de euros).