Los Toros del Este se convirtieron en campeones del béisbol invernal dominicano por tercera ocasión en su historia en la pasada temporada. La organización además logró su primera corona de Serie del Caribe, gracias a la creación de un núcleo basado en talento joven nativo, más los aportes de varios jugadores veteranos y a refuerzos que desde su llegada al equipo se identificaron con la causa taurina. En medio de todo el proceso se encuentra uno de los más prolíferos bateadores de la liga dominicana, Jordany Valdespín.
El nativo de San Pedro de Macorís conversó en exclusiva con ESPN sobre el arduo camino que ha tenido que recorrer para convertirse en uno de los nombres más reconocidos dentro del béisbol dominicano.
Valdespín fue seleccionado por los Tigres del Licey durante la tercera ronda del sorteo de novatos del año 2009. En ese entonces se encontraba en la liga instruccional con los New York Mets, equipo con el que firmó en las Grandes Ligas.
“Me alegré mucho al enterarme de que había sido elegido por el Licey, ya que siempre ha sido un equipo de glorias y me hizo sentir muy bien que mi nombre estuviese entre un grupo de jugadores talentosos como son Erick Aybar, Anderson Hernández y Emilio Bonifacio. Gracias a ellos aprendí mucho. Fue una gran experiencia porque pude jugar con ellos, ver cómo se preparan para los partidos, cómo practican, cómo se mantenían listos, todas esas fueron enseñanzas que fui guardando y que trajeron sus frutos tiempo después. En Licey me tocó ser paciente y esperar mi turno detrás de esos grandes nombres, a quienes les agradezco”, señaló Valdespín.
Luego de varias temporadas en la que no se pudo establecer como regular en el equipo azul, Jordany Valdespín fue cambiado hacia las Estrellas Orientales, movimiento que el jugador entiende fue en su beneficio.
“Creo que el cambio a las Estrellas me favoreció. Tienes que ver el lado positivo de las cosas, yo no era titular en el Licey, mientras que las Estrellas me dieron el chance de jugar todos los días en varias posiciones. Ahí aprendí que de todas las cosas que pasan, uno tiene que sacar lo positivo. A veces uno se aferra a algo y Dios cambia los planes. Para mí fue un honor y un sueño hecho realidad poder jugar frente a la gente de mi pueblo natal”.
Después de tres temporadas en el conjunto de San Pedro, Valdespín fue nuevamente objeto de un cambio, ahora enviado a los Toros del Este, equipo donde finalmente tuvo la oportunidad de convertirse en uno de los bates más respetables del béisbol dominicano.
Con el equipo de La Romana el versátil jugador ganó su primer premio de Jugador Más Valioso, su primera corona de campeón y donde ha disfrutado de sus mejores temporadas.
“De verdad le doy gracias a Dios y a los Toros del Este por confiar en mí. A veces uno tiene percances en su vida y los cambios que llegan son para bien. Como dije, a todo le saco lo positivo. Llegué con la mente positiva de hacer el trabajo, incluso cuando hubo quienes me dijeron que me retirara en medio de todo lo que estaba ocurriendo, que ya no daba para más. Te confieso que durante estos días lloré mucho por la forma en que me trataron de humillar, pero Dios demostró, a través de mi trabajo, que estaban equivocados”.
“Por eso debo agradecer tanto a Toros del Este, a Raymond Abreu y a su equipo de trabajo, que me dieran esta oportunidad. De verdad que los Toros son una familia que me ha dado el amor que necesitaba para explotar las condiciones que yo sabía que tenía. A eso tengo que sumar la confianza que me han dado, en especial Lino Rivera a quien veo como padre más que como a un manager. Él se toma el tiempo para aconsejarte, te permite jugar tranquilo y no te pone ningún tipo de presión, esas son las cosas que uno necesita para poder jugar con la mente en calma. Por supuesto, también debo agradecer a los fanáticos de los Toros, quienes me adoptaron desde el día uno como si hubiese nacido allá”, dijo Valdespín.
Gracias a todo eso, el pelotero dice que sentía el compromiso de llevarle una corona a La Romana, sentimiento que se hizo contagioso entre importados y refuerzos que fueron incorporándose al equipo a lo largo de la pasada temporada.
“Pudimos obtener la corona gracias al trabajo de de Jeimer, Almonte, Sosa, Rijo, O’Brien, Betancourt, Lake, Maya. Fueron jugadores que estaban en el clubhouse y se contagiaron con esa actitud y pudimos inyectarle al equipo ese ánimo. Ganar fue algo inolvidable, fue increíble lo que pasó”, sentenció.
Finalmente, el jugador de los Toros del Este indicó que no se siente ningún tipo de presión adicional para la temporada que viene por el hecho de ser campeones, sino que, por el contrario, eso les sirve de motivación para alcanzar la meta clara de defender su corona de campeones nacionales y del Caribe.