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Neymar se viste de gala y es vital en el pase del PSG a la semifinal de la Champions
Estaban los textos escritos: una nueva decepción del PSG. Otra más. Volvían a caer en cuartos de final de la Champions League. Ni Neymar, ni Mbappé, ni Icardi ni nadie era capaz de solucionar este embrollo. Hasta que llegó el minuto 90: lo que tanto le ha robado al París Saint-Germain (recordemos la remontada del Camp Nou) se lo ha devuelto con broche de oro en Lisboa: un gol de Marquinhos de rebote y otro de Choupo-Moting tras una combinación estelar entre Mbappé y Neymar le dieron la victoria a Tuchel, que puede respirar tranquilo… de momento.
Se puso de gala: ‘mohicano’ en el pelo, noche de Champions. El escenario donde las grandes estrellas se crecen. Y no decepcionó. Neymar JR fue el líder del PSG, de inicio a fin. Poco importa que los goles no lleven su firma, él fabricó incluso los que no se llegaron a cantar. Con todo París al hombro y sin su escudero Kylian al lado, al menos durante una hora de partido, el brasileño fue la figura clave en la salida de balón del PSG, ahogada por momentos por una presión asfixiante del Atalanta.
No lo dejó de intentar, ni siquiera cuando erró con la pierna derecha un mano a mano y tampoco cuando hizo lo propio con la izquierda, dejando sin aprovechar un error de Hateboer de esos que en la Liga de Campeones acostumbran a pagarse muy caros. Y la persistencia tuvo recompensa. Neymar vuelve a unas semifinales de Champions y ya espera rival. Poco le importará que sea el RB Leipzig o el Atlético de Madrid, él se volverá a perfilar el peinado y esperará con una sonrisa socarrona que el técnico de sonido le dé al play en el himno de la competición.
Llegaba al partido muy tocado e incluso perdiendo Tuchel no optó por meterlo en el descanso. Tan sólo tuvo media hora pero demostró, aun sin estar al 100%, que es un jugador letal. Fue suya la asistencia del segundo gol, pero pudo igualar el encuentro antes, aunque erró en el mano a mano tras una carrera de las suyas. Con el tobillo todavía recordando la patada recibida en la Copa de Francia, Kylian corre como nadie. Cuando arranca es un ciclón: puedes ir detrás pero asume que no lo pararás ni queriendo.
El PSG llegaba sin Di María, sin Verratti, con Mbappé entre algodones. Y en la recta final y con el partido cuesta arriba, hasta Keylor Navas se lesiona. Un contratiempo más que indicaba lo peor: el PSG, maldito por la mala suerte, volvería a quedar fuera de los cuatro mejores de Europa. Un gafe con las lesiones que hizo perderse a Neymar el partido decisivo de las dos últimas Champions, pero por suerte no de esta. Hoy estaba el brasileño en plan superhéroe y se reafirmó como tal. Que caigan todos, que conmigo en pie el PSG seguirá luchando por el título.