Es imposible separar la vuelta de los Lakers a unas Finales de la NBA (no las jugaban desde 2020 con Kobe Bryant y Pau Gasol ante los Celtics) de la presencia de LeBron James, el hombre que sumó su décima participación en la eliminatoria donde se decidirá el anillo. El partido ‘monstruoso’ ante los Nuggets, 38+16+10, y su magnífica temporada han ampliado la leyenda del jugador de Akron, que ya tiene más presencias en las Finales que 27 franquicias NBA.
“Mis compañeros de equipo dijeron que teníamos que ganar y era mi responsabilidad tratar de hacer las jugadas y las cosas correctas en el campo para ayudarnos a lograr triunfos, pero el trabajo no está hecho”, declaró James durante la ceremonia de entrega del trofeo de campeón de la conferencia Oeste. Para los Lakers es la vez 32 que se meten a las Finales, récord en la NBA.
La regularidad de LeBron es asombrosa. Salvo la temporada anterior, en el que una lesión muscular grave arruinó su temporada, la primera con los Lakers, siempre ha estado en las Finales desde 2011. Lo hizo cuatro veces con Miami y otras cinco con los Cavs. Ya había jugado una en su primera etapa en Cleveland, en 2007. Es el 14º jugador en la historia que lo hace con tres equipos distintos, honor que compartió ayer con Danny Green (Spurs, Raptors y Lakers).
LeBron completó una final del Oeste ante los Nuggets formidable en la que casi promedia un triple doble: 27,0 puntos (53,6% en tiros campo), 10,4 rebotes, 9,0 asistencias. Ya es el tercer jugador en la historia con más presencias en las Finales (10) tras Bill Russell (12) y Sam Jones (11), ambos de los Celtics, e igualado a Jabbar (10) que las disputó con Bucks y Lakers.
