En el partido más importante que han disputado los Marlins desde el Juego 6 de la Serie Mundial del 2003, cuando un Josh Beckett de 23 años blanqueó a los Yankees y a Derek Jeter en el Bronx, Miami le dio la bola a un lanzador dominicano de 22 años llamado Sixto Sánchez en el Wrigley Field el viernes.
Los Marlins adquirieron a Sánchez desde los Filis a cambio del receptor J.T. Realmuto. Cuando se produjo dicho canje, Jeter, el máximo ejecutivo de los Yankees, y Michael Hill, su presidente de operaciones de béisbol, ya se habían desprendido de Giancarlo Stanton, quien en el 2017 había empalmado 59 jonrones rumbo a ser reconocido como el Jugador Mas Valioso de la Liga Nacional. También habían cambiado a Christian Yelich, quien se adjudicaría dicho premio como integrante de los Cerveceros en el 2018.
También vale la pena señalar que, en su primer movimiento grande en diciembre del 2017, Jeter no solamente cambió a Stanton y la mayor parte de lo que restaba de su contrato de 13 años y US$325 millones, sino que envió al cañonero a los Yankees. Por lo tanto, Jeter no se ganó a los fans de los Marlins de entrada.
“Estamos tratando de arreglar algo que está roto”, dijo Jeter en aquel momento.
Primero, el único jugador en la historia de los Marlins que había sido reconocido como Jugador Más Valioso de la Liga Nacional ya se había marchado. Luego el equipo se desprendió de un futuro ganador del JMV, seguido por el mejor receptor en el béisbol. Después de todo eso, en la segunda temporada de Jeter al mando, los Marlins perdieron 105 juegos.
Han pasado tres años desde que Bruce Sherman se convirtió en el dueño principal del equipo y puso a Jeter a cargo. Muchas cosas pasaron en la primera “Semana del Comodín” en la historia de Grandes Ligas. Los Marlins barrieron a los Cachorros en dos juegos en el Wrigley Field. El viernes, Sánchez, quien abrió el juego, ponchó a seis bateadores en cinco innings en blanco en los que permitió apenas cuatro hits.
Todo esto empieza en el tope, como era el caso cuando Jeter era jugador. En espacio de tres temporadas, Jeter y su gerencia han comenzado a arreglar las cosas en Miami. Jeter, el jugador más ganador de su época, ahora se prepara para ver a sus Marlins enfrentarse a los Bravos, el equipo punto del Este de la Liga Nacional, en una temporada en que muchos esperaban que Miami terminara nuevamente en el sótano de su división.
Luego, después de la primera semana de una temporada abreviada, 17 jugadores de los Marlins dieron positivo por COVID-19. Ahora están jugando durante la primera semana de octubre luego de no estar por una semana a principios de de agosto. Esto pasó después de la desmantelación en el Sur de la Florida. Rápido.
“Creo en lo que Derek está haciendo”, me dijo el manager Don Mattingly durante su primera primavera trabajando para Jeter. Mattingly luego dijo que creía en lo que el equipo estaba haciendo, empezando de nuevo otra vez.
Quizás ninguno de ellos pensó que sucedería así, ni tan rápido, para los Marlins. Nadie estaba seguro de que tendrían permiso para terminar la temporada luego de disputar apenas cinco juegos – tenían marca de 3-2 en ese momento – y tener que aislarse en Filadelfia. Eventualmente tendrían a más de 60 jugadores en su roster en una temporada de 60 juegos. Ahora, eliminaron a los Cubs, punteros de la Central de la Liga Nacional, en la Serie del Comodín y se enfrentarán a los Bravos en la SDLN en el Minute Maid Park de Houston.
Quizás entonces fue apropiado que un jugador que alguna vez perteneció a los Yankees, Garrett Cooper, diera el swing más grande del partido en el Wrigley Field el viernes al empalmar un jonrón al bosque izquierdo con el marcador en 0-0. Adquirir a Cooper desde los Yankees en noviembre del 2017 fue uno de los primeros movimientos que hicieron los Marlins bajo el mando de Jeter. Hubo muchos más movimientos. Nadie lo vio bien en ese momento. Pero Jeter tenía una meta con respecto al equipo que quería construir y el tipo de béisbol inteligente y resistente que quería que dicho equipo jugara. Ahora mismo, los Marlins está jugando de esa manera.
Jeter hizo otro comentario tras cambiar a Stanton y quitarse el contrato del cañonero de encima.
“No vamos a encaminar esta organización de la noche a la mañana”, dijo Jeter. “Va a tomar tiempo”.
Quizás no tanto.