Durante los primeros cuatro innings del Juego 2 de la Serie Mundial la noche del miércoles, Blake Snell lució exactamente como el lanzador que ganó el Premio Cy Young de la Liga Americana en el 2018. Necesitó de sólo 10 envíos para salir de la primera entrada y estaba atacando la zona con cada uno de sus cuatro pitcheos.
Pero en el quinto, Snell demostró los mismos problemas de inconsistencia que lo han afectado toda la temporada. Chris Taylor le rompió el juego sin hit ni carrera con un jonrón de dos rayas con dos outs para acercar a 5-2 a los Dodgers. Una base por bolas y un sencillo obligaron al manager Kevin Cash a salir al montículo y llevarse a Snell tras sólo 4.2 episodios.
Nick Anderson entró a relevar y dominó a Justin Turner con un ponche para apagar el fuego. Pero Snell implantó una marca de la franquicia con nueve ponches en un partido de Serie Mundial (superando los ocho de Tyler Glasnow en el Juego 1 el día anterior) y se convirtió en el primer lanzador en sumar seis ponches o más y no permitir hits durante los tres primeros innings de un encuentro del Clásico de Otoño desde Randy Johnson en el 2001.
La apertura del miércoles fue un ejemplo perfecto del año de Snell. Cuando está bien, es uno de los zurdos más dominantes de las Grandes Ligas. Pero cuando entra en problemas, su conteo de pitcheos sube y no es capaz de ir lejos en el juego. Al final del día, sin embargo, los Rays van a estar siempre contentos si Snell es capaz de limitar a la potente ofensiva de los Dodgers a sólo dos carreras.