La selección de Italia frustró la fiesta prometida en Wembley luego de derrotar en penaltis a Inglaterra, para así alzar su segundo título de Eurocopa. Durante 120 minutos, la gran final tuvo alternancia de dominio y esto se tradujo en empate a un gol, y fue en las penas máximas donde los británicos sucumbieron al fallar tres tiros, dejando esta cuenta en 3-2 a favor del rival.
Luego de una caótica previa, en la que aficionados sin boleto, en su mayoría ingleses, dieron el portazo en varios accesos de Wembley, una relativa calma volvió a la sede de la gran final de la Eurocopa 2020, y desde los primeros minutos, la selección local (que administrativamente actúo como visitante) se fue adelante en el marcador por conducto del lateral Luke Shaw, quien, a los 2′, envió el esférico al fondo de las redes, convirténdose así en el anotar del gol más rápido en la historia de las finales del torneo.
El ‘madruguete’ le abrió la puerta a Inglaterra para desplegar un vistoso fútbol, característico de su liga, principalmente gracias a la buena conjunción que el entrenador Gareth Southgate logró entre elementos de experiencia y estrellas juveniles, ante una Italia que apostó a la prudencia antes de asumir una vocación.
Pero poco tiempo pasó antes de que los ingleses adoptaran un estilo de juego más conservador, apostando por un esquema ordenado atrás y a descolgadas de sus veloces atacantes. Así se fueron al descanso.
Para el complemento, una pasajera superioridad inglesa no pudo traducirse en más goles, por lo que los italianos apelaron a su empuje para igualar el parcial al 67′ por conducto del central Leonardo Bonucci en una jugada de rebote sobre la línea.
A partir de este momento, el encuentro se tornó cerrado, sin mucho peligro en las áreas, por lo que la definición se trasladó, bajo la misma tónica, a los tiempos extra, etapa en la que el técnico de Inglaterra decidió mandar al terreno de juego a elementos como Marcus Rashford y Jadon Sancho, evidenciando su intención de aprovechar la capacidad de ambos en los cobros de penalti.
Ya desde el manchón, Inglaterra concretó sus dos primeros tiros, mientras que Italia falló el segundo por conducto de Andrea Belotti. Tocaba turno de los citados Rashford y Sancho, pero la presión sobre ellos fue mayúscula y ambos fallaron el tercer y cuarto intento de su selección, respectivamente, abriéndole la puerta a los rivales.
Jordan Pickford aún pudo atajar el quinto tiro italiano, dándole a los suyos la oportunidad de empatar y mandar a muerte súbita por conducto de Bukayo Saka, pero el juvenil emuló a sus antecesores y ejecutó un cobro que demandó poco esfuerzo a Donnarumma, quien sólo recostó hacia su costado izquierdo para tapar el balón para darle así a la Azurra su segundo campeonato en este torneo.