Tom Brady ganó su séptimo anillo de Super Bowl la temporada pasada para ampliar su leyenda en la NFL, y tener más condecoraciones que cualquier franquicia en la liga, y lo habría conseguido estando lesionado.
De acuerdo con los últimos reportes del Tampa Bay Times, el mariscal de campo disputó toda la temporada con el ligamento medial colateral de su rodilla izquierda roto, incluyendo la final de Conferencia y el Súper Bowl 55, donde vencieron ampliamente a los Kansas City Chiefs 31-9.
Tom Brady fue determinante y completó 21 de 29 pases lanzados para un total de 201 yardas en el Raymond James Stadium. Concretó tres touchdowns sin intercepción, y maejó los tiempos del juego a placer, hechos que le valieron para ser nombrado por quinta vez como el Jugador Más Valioso del Super Bowl.
El jugador de 43 años se sometió a una cirugía de su rodilla justo después de haber logrado el segundo Super Bowl en la franquicia de los Tampa Bay Buccaneers.
La lesión viene de mucho antes de haber firmado con su actual equipo, pues, fue a final de la campaña con los Patriots cuando esta molestia en su rodilla se le enconó, a lo que Clyde Christensen, entrenador de mariscales de Tampa Bay reconoció:
“No creo que estuviera al 100 por ciento el año pasado con nosotros. Su cita, o casi una cita, fue: Arreglaré mi rodilla y estaré mejor el próximo año y estarás emocionado por eso”.
Con la lesión solventada, Tom Brady regresará mejor que nunca y con la mente enfocada en el el SoFi Stadium de Inglewood, California, donde su disputará el Super Bowl número 56 en el 2022.