Antonio Brown finalmente rompió el silencio ante el incidente que terminó con su carrera en los Bucs, alegando que el equipo le dio un “analgésico poderoso y a veces peligroso”, además de obligarlo a jugar a pesar de saber que tenía una lesión grave en el tobillo.
Brown, de 33 años, se quitó el jersey e indumentaria y salió del campo del Met Life en el juego de la semana 17 ante New York Jets.
“Debido a mi compromiso con el juego, cedí a la presión directa de mi entrenador para jugar lesionado. A pesar del dolor, me vestí. El personal me inyectó lo que ahora sé que era un analgésico poderoso y a veces peligroso que la NFLPA advirtió contra el uso, y lo di todo por el equipo “, dijo Brown en un comunicado emitido por su abogado.
El 7 veces Pro Bowl continuó, asegurando que el dolor llegó a un punto en el que ya no podía soportarlo.
“Jugué hasta que quedó claro que no podía usar mi tobillo para cumplir con mis responsabilidades de juego de manera segura. Además de eso, el dolor era extremo. Me senté en la línea de banda y mi entrenador se acercó a mí, muy molesto, y gritó: ‘¿Qué te pasa?’. Le dije: ‘Es mi tobillo’. Pero él lo sabía”.
AB afirmó que a Bruce Arians, head coach de Tampa Bay, no le importó y exigió que volviera al juego.
Brown señala que respondió: “Entrenador, no puedo”. En cambio, me gritó: “¡Estás acabado!” mientras se pasaba el dedo por la garganta. “El entrenador me decía que si no jugaba dolido, entonces había terminado con los Bucs”.
“No renuncié. Me cortaron. No me alejé de mis hermanos. Me echaron”, dijo el receptor.
En cuanto a los Bucs, Arians afirmó que nunca habló de una lesión en el tobillo con Antonio.
Claramente, AB y el equipo tienen dos puntos de vista diferentes sobre lo que sucedió en el campo, en lo que fue uno de los momentos más extraños y surrealistas en la historia de la NFL.