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Tenis

Rafa Nadal resiste ante Berrettini y está a un paso de hacer historia

Rafael Nadal era el único de los 128 jugadores en liza en la presente edición del Open de Australia que había inscrito su nombre en el palmarés del torneo. Fue en 2009 tras derrotar en la final a Roger Federer.

Pasados 13 años, el balear sigue en la pelea y disputará este domingo su sexta final en el primer grande, la primera desde 2019, y la vigesimonovena en los ‘majors’.

Nadal se ganó ese derecho tras acabar con la resistencia de Matteo Berrettini por 6-3, 6-2, 3-6 y 6-3, en 2 horas y 55 minutos.

Es su primera victoria ante un ‘top10’ desde que superó a Diego Schwartzman en los cuartos del pasado Roland Garros. Para encontrar su último triunfo en el Melbourne Park ante un jugador clasificado entre los 10 mejores del ranking había que remontarse a los cuartos de 2017 con Milos Raonic.

Rafa regresa a una gran final 474 días después de ganar su decimotercer entorchado en la tierra de París frente a Novak Djokovic. Precisamente con el serbio aspira a empatar como único tenista capaz de hacer doblete en los cuatro ‘Grand Slam’ dentro de la Era Open.

El líder de la ‘Armada’, que se debatía en diciembre sobre su futuro profesional, lo ha aclarado a raquetazos en una gira por las antípodas en la que se mantiene invicto con nueve partidos ganados del tirón.

Con esa confianza afrontará la final con el ganador del duelo entre Daniil Medvedev (2) y Stefanos Tsitsipas (4), los cabezas de serie más altos que restan en competición.

A sus 35 años y 241 días, Nadal es el cuarto más longevo, dentro de la Era Open, en plantarse en la última ronda del Abierto australiano después de Ken Rosewall, Mal Anderson y Roger Federer.

No pasa el tiempo para el español a pesar de sus problemas físicos. Y es que se ha colado ya en nueve finales de ‘Grand Slam’ por encima de la treintena, cifra que sólo supera Djokovic, con 10.

Berrettini sabía que tenía un rival prácticamente infalible en sus semifinales en las pistas del Melbourne Park. Había decantado a su favor cinco de las seis disputadas. El único lugar fue la primera, en 2008, con el francés Jo-Wilfried Tsonga.

Duelo en pista cubierta

El partido se jugó bajo techo por la lluvia presente en el cielo de la capital de Victoria. Una mala noticia para el manacorí, que veía cómo su pelota no hacía tanto daño como un día con calor y sol.

A pesar de ello, Rafa rompió el saque del romano, que tiene un claro agujero en su revés. Por allí le atacaba su verdugo, cómo si delante tuviera a Roger Federer.

En un visto y no visto, el marcador se disparó hasta un 3-0. El campeón de 20 grandes se había recuperado del golpe de calor que había estado a punto de dejarle ko en los cuartos con Denis Shapovalov. Le habían ayudado los dos días de descanso.

Matteo tardó 20 minutos en estrenar su casillero de juegos. Ya era tarde para inquietar el primer set a su condecorado adversario.

Con 4-2, el fisioterapeuta se acercaba a la zona de los protagonistas. Lo había pedido Berrettini. Falsa alarma. Lo que más le costó a Nadal fue cerrar la manga inicial.

En la continuación, el guión no cambió y Berrettini entregó su servicio en el primer juego con una derecha abierta sin respuesta.

Break de entrada

El transalpino buscaba respuestas con la mirada fijada a su entrenador Vincenzo Santopadre. No las había porque el tenista no tenía respuestas en su arsenal para hacer frente a un rival superior y que nunca notó presión desde el otro lado de la red.

Rafa se adelantó con un cómodo 4-0. Era el partido más cómodo de todos los disputados en la presente edición del Abierto.

Con dos sets a cero para el balear, Berrettini estaba obligado a vestirse de Shapovalov y buscar la remontada. No había disfrutado de ninguna bola de ‘break’ y bastante hizo con evitar el rosco e el segundo parcial.

Un sacador como Matteo sólo había decantado a su favor dos puntos con el segundo servicio. La grada de la Rod Laver Arena, que lucía una media entrada, apenas le había dado tiempo a meterse de lleno en el partido. No había emoción.

Tímida reacción

Los dos contrincantes pasaron por los vestuarios para cambiarse la indumentaria. Necesitó una hora y 37 minutos el italiano para tener la delantera en el tanteo. Fue con el 1-0 en el inicio de la tercera manga.

Berrettini volvió a escena con su primera rotura en el octavo juego. Recortaría distancias en el tanteo y él sí que creía.

El transalpino pasó de sufrir en todos sus saques a anotarse cuatro seguidos en blanco. Las estadísticas no mienten y la tendencia del partido estaba cambiando.

Nadal empezaba a notar la presión cometiendo errores no forzados con la derecha, su mejor arma. A pesar de ello, se fabricó dos opciones de ‘break’ en el octavo juego que era casi la sentencia. Después de 23 intercambios, falló con la primera el español. No lo hizo con la segunda aprovechando una derecha de su adversario que murió en la red. Un último revés fallado por Matteo le dio la gloria.


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