Los jugadores se encuentran en nuevas franquicias dentro de la pelota invernal dominicana luego de una transacción entre Toros y Licey
La temporada baja de la pelota invernal dominicana inició con movimiento, tal como ocurrió el pasado año y esta vez, los protagonistas de la primera transacción son Toros del Este y Tigres del Licey.
Los equipos anunciaron un movimiento que lleva al jugador del cuadro Oneil Cruz, jugador de Pittsbugh Pirates y prospecto número 38 de las Grandes Ligas al Licey, mientras que los Toros reciben al pelotero utility Rosell Herrera, quien en 2021 fue miembro de los Wei Chuan Dragons en la Liga de Béisbol Profesional de China (CPBL por sus siglas en inglés). El cambio, además de inesperado, no hace sentido alguno.
Para entender esto, hay que remontarse a la forma en que Cruz y Herrera llegaron a sus antiguas escuadras.
Rosell Herrera llegó a los Tigres del Licey durante el 2020 en otro cambio sorpresivo que vio al líder histórico de cuadrangulares de la LIDOM, Juan Francisco, a los Gigantes del Cibao, en una transacción que según se explicó, fue para buscar mayor juventud y profundidad en diversas posiciones dentro de los Tigres. El pelotero jugó la “sorprendente” cantidad de siete partidos con los azules en donde bateó para promedio de .072, con un porcentaje de embasarse (OBP) de .100 y un slugging (SLG) de .072, así como una carrera remolcada.
De su lado, luego de una situación de carácter legal, los Gigantes, quienes habían recibido a Cruz desde los Leones del Escogido en 2020, decidieron cambiarlo a los Toros en marzo del 2021, en uno de los movimientos más incomprensibles de la memoria reciente dentro de la pelota invernal dominicana y a menos de un año, lo enviaron a Tigres del Licey.
Cruz no jugó un solo partido con Toros del Este luego de ser cambiado desde los Gigantes.
La pregunta que podría surgir es: ¿por qué el cambio desde Gigantes a Toros por Cruz fue incomprensible? Porque mandó a uno de los nombres más importantes del equipo de La Romana, Jordany Valdespín, a los Gigantes, sin ninguna explicación más allá de que este último venía de una lesión considerada severa. Sin embargo, en un rol viniendo desde la banca, Valdespín fue uno de los mejores turnos al bate de la pelota invernal durante la campaña 2021-22.
Luego de esto, la pregunta que queda por hacerse es ¿quién gana este cambio? O ¿qué razón de ser tuvo?
Ambos equipos dicen que se trata de reforzar necesidades o atender asuntos de profundidad, pero la realidad es que viendo los conjuntos y dónde están ubicados en cuanto a personal, el movimiento no hace sentido.
Cruz no jugó con los Toros. Siendo uno de los mejores prospectos de MLB, Pittsburgh podría ponerle los permisos complicados a los Tigres para que juegue en LIDOM y aún dándole la autorización, lo más probable es que juegue con un número limitado de partidos. Adicionalmente, los Tigres tienen bien cubiertas las dos posiciones que juega Cruz con dos jugadores que son parte de su núcleo actual y que cada año juegan, Dawell Lugo y Sergio Alcántara, así que ¿dónde cabe el prospecto y qué pasará con estos dos jugadores cuando este pueda jugar?
Del lado de los Toros, pierden a un jugador de mayor nivel por un utility, luego de haber entregado a uno de los mejores jugadores de la franquicia, menos de un año antes. Adicionalmente, Herrera nunca ha sido un bateador productivo en el circuito, por lo que la inversión, no se corresponde con la ganancia. Lo cual lleva a asumir que tienen información de que Cruz no tenía intención de jugar con ellos en el futuro cercano y por esto tomaron la decisión de cambiarlo.
Sean cuales sean las razones que llevaron al cambio, no parece que para ninguno de los dos equipos la transacción haya hecho sentido.