Hoy se cierra el mercado de invierno de la NBA (21:00 hora española), así que será un día de mucho movimiento. ¿Grandes bombas? Puede ser, con dos asuntos que centran la atención en lo que se refiere a posibles situaciones sísmicas. Por un lado, el trade James Harden-Ben Simmons, a punto de consumarse o muy lejos de ser una opción seria dependiendo de a quién se pregunte, y la posible salida de Russell Westbrook de los Lakers.
Estos últimos están en una situación pésima. Condenados a moverse en la zona play in del Oeste (y gracias), sin nada parecido a trazas de aspirante al anillo y con la certeza de que su apuesta veraniega no ha funcionado: el all in por Russell Westbrook y el big three que en teoría este tenía que formar con LeBron James y Anthony Davis ha sido un desastre. Ayer mismo, tras ser arrollados por los Bucks, quedó claro que la disfunción era una certeza también dentro de la franquicia. Un artículo de Dave McMenamin en ESPN asegura que “en el vestuario ya no hay dudas de que este roster no funciona y que hay que cambiar algo antes del cierre de mercado”. Y otro de Bill Oram en The Athletic incidía en la misma idea: “Los Lakers ya saben, y ya lo han hablado internamente, que sea ahora o sea en verano tienen que encontrar una forma de deshacerse de Russell Westbrook”.
Una salida ya de Westbrook solo podía producirse si la cosa se torcía más de lo que incluso los más pesimistas podían sospechar. Y está pasando. En febrero, Westbrook (que se perdió su primer partido de la temporada en Portland, en teoría por problemas de espalda) ha anotado 14 canastas y sumado 14 pérdidas. Y lo ha hecho con unos porcentajes de tiro de un 28% en lanzamientos totales, un 15% en triples y un 55% en tiros libres. Enfrentado ya cada vez más abiertamente a su entrenador, Frank Vogel, y molesto por verse fuera en algunos finales de partido igualados, Westbrook parece en un callejón sin salida y lo que parecía una posibilidad demasiado extrema, su salida de los Lakers en este invierno, se ha convertido en una posibilidad.
Una que depende de LeBron James. Si al alero se le considera el hombre clave en su llegada a los Lakers (su baza mientras los angelinos trabajaban en otros frentes: DeMar DeRozan, Buddy Hield…), también es el que decidirá definitivamente, o al menos en gran parte, qué sucede hoy. Así lo ha dejado claro Eric Pincus, en Bleacher Report, un periodista con muy buenas fuentes en los asuntos de los Lakers: “Lo normal es que Westbrook no sea traspasado antes del cierre. Pero si LeBron decide que John Wall, con el que comparte agencia (Klutch Sports) puede encajar mejor en los Lakers y está dispuestos a apretar para que salga Westbrook, los Lakers se plantearán hacer el traspaso con los Rockets”. Un traspaso en el que los Lakers, como mínimo, tendrían que dar la única primera ronda con la que pueden negociar ahora para que los texanos aceptaran el regreso de Westbrook, que salió mal de allí en 2020.
Wall no ha jugado en toda la temporada, apartado de la actividad diaria de los Rockets. En el curso pasado, el base jugó 40 partidos en los que promedió 20,6 puntos y 6,9 asistencias con malos porcentajes: 40% en tiros, 31% en triples.