Will Smith ha ganado esta noche la estatuilla al mejor actor, pero se ha convertido en el protagonista de la 94ª edición de los Premios Oscar por otros motivos. La gala iba según el guion previsto. Y entonces, Smith le ha pegado un guantazo al cómico Chris Rock sobre el escenario. Rock había hecho un chiste sobre la mujer del actor, Jada Pinkett Smith, y el rapado que lucía en la cabeza y ha asegurado que podría haber participado en la secuela de La teniente O’Neil. No era una decisión estética, sino que estaba motivada por un problema de alopecia. Pareció que el momento estaba preparado, hasta que Smith ha regresado a su sitio y le ha gritado: “Mantén el nombre de mi mujer fuera de tu puta boca”.
El momento, pura historia de los Oscar por los motivos equivocados, ha dejado al auditorio con una sonrisa congelada, y preguntándose: ¿es posible que un veterano como Smith haya perdido los estribos ante decenas de millones de personas? Tras recibir el premio a mejor actor, el intérprete ha ensayado una disculpa entre lágrimas. No exactamente con Rock, sino con la academia. “Espero que me volváis a invitar”, ha dicho. Más tarde, Anthony Hopkins ha pedido paz y amor, pero ya era demasiado tarde. El incidente ha emborronado el éxito de CODA, que se ha llevado el Oscar a la mejor película. Como aquella vez que Warren Beatty dio equivocadamente por ganadora a La La Land, no se hablará de otra cosa de estos premios.