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J-Rod convertido en piedra angular de Seattle

Dave Sims lo resumió de manera concisa durante la transmisión de Seattle, capturando la manía de los Marineros en torno a su prodigioso novato luego de su más reciente hazaña: un jonrón impactante de tres carreras que puso al equipo arriba y les dio la ventaja en el séptimo inning de la victoria por 4-2 contra Texas.

“¡Qué cosa vivir en un mundo con Julio Rodríguez!”, gritó el narrador de los Marineros mientras el dominicano doblaba por la tercera base tras conectar un 18vo cuadrangular de la temporada, un jonrón de 416 pies que se mantuvo en el aire por unos increíbles 6.1 segundos, permitiendo que Sims y el resto de las 25,509 personas en el T-Mobile Park saltaran de sus asientos.

Sims reiteró lo que es cada vez más obvio en la temporada de revelación: El mundo es de Rodríguez, y nosotros simplemente vivimos en él.

“Esos momentos, con todo el mundo de pie”, dijo Rodríguez. “Todo el mundo está observando. Me encantan esos momentos. Si no estás listo para rendir en esos momentos, entonces no vas a disfrutar al máximo este juego”.

Luego de perderse cuatro juegos con dolores en la muñeca izquierda para empezar la segunda mitad, el novato estelar se voló la cerca por segunda vez en 24 horas, resaltado en valor su producción. Pero si el martes sirvió para despejar dudas sobre su salud con un bambinazo solitario en su primer turno al bate, el miércoles resumió si habilidad para gozar – y rendir – en los momentos apremiantes. ¿Cómo, a los 21 años, está haciendo esto con tanto aplomo?

“Sinceramente, simplemente enfocarse es lo que más importa”, dijo Rodríguez. “Somo solamente yo y el lanzador y enfocarme en lo que va a tirar y en lo que estoy a punto de batear. Trato de mantener las cosas lo más simple que pueda, sin pensar mucho en esas situaciones así, y tratar de dejarme llevar y no hacer la situación más grande de lo que es”.

Si no fue evidente con el batazo profundo en mayo contra Justin Verlander, favorito para el Cy Young de la Liga Americana, su grand slam que selló el triunfo de Seattle en Arlington hace dos semanas y el espectáculo que montó en el Festival de Jonrones, el batazo de Rodríguez el miércoles demostró que ningún momento es demasiado grande.

“Sigue siendo Julio”, exclamó el piloto Scott Servais. “Para él, sólo se trata de jugar con un grupo de chicos de 10 u 11 años en un lote baldío en algún lugar y es su turno de conectar un imparable, él hace lo que hace. No piensa las cosas de más. Está listo para conectar cada pitcheo. Entonces, cuando el lanzador comete un error, Julio está listo para aprovecharlo”.

Tal fue el caso de la más reciente víctima del Show de J-Rod el miércoles por la noche, el abridor derecho de los Rangers, Jon Gray, quien había retirado a Rodríguez en cada uno de sus primeros tres turnos. Entonces, después de que Cal Raleigh recibió la base por bolas y Sam Haggerty se apuntó un doble de piernas con un out, Rodríguez se paró en el plato. Pero primero, acudió a algo de superstición.

“Mientras está parado ahí, listo para consumar su turno, exclama, ‘tengo que cambiar de bate’”, recordó Servais. “Le dije, ‘Ah, ¿tienes uno nuevo?’ y él responde, ‘Sí, el otro está durmiendo. Es un juego de día. No está listo todavía’”.

Rodríguez cambió el madero con el que se había ido en blanco en sus primeros tres turnos por otro del mismo tamaño y peso, pero de un color café maple más claro. El nuevo bate no duró mucho tiempo en sus manos, tras ser objeto de un jubiloso bat flip por la raya de la primera base inmediatamente después de hacer contacto para agenciarse su 18vo jonrón de la campaña.

“Misma situación, pero con un resultado diferente”, indicó Rodríguez, destacando que sigue aprendiendo a cómo atacar envíos en momentos de apremio. “Siento que pasar por estas situaciones primero definitivamente abrieron mis ojos, y puedo darme cuenta de qué manera abordarlas”.

Mientras su persona y talento trascienden más allá de Seattle, J-Rod aparentemente ha dejado a sus compañeros y coaches impresionados con sus increíbles actos. Muchos de ellos lo han visto jugar en los entrenamientos primaverales en cada uno de los últimos tres años cuando era un cotizado prospecto, incluyendo al abridor del miércoles, el zurdo Marco Gonzales, quienes es el segundo Marinero con más tiempo en el equipo.

“Creo que es el mejor jugador que haya visto”, aseveró Gonzales. “Con certeza es el mejor pelotero con el que yo haya jugado”.

El gran desempeño de Rodríguez el miércoles ayudó a Seattle a sellar la barrida de tres juegos y la 25ta victoria del club en sus últimos 31 compromisos, el mejor récord de MLB en ese trecho. Como tal, los Marineros (54-45) son dueños del segundo Comodín de la Liga Americana.

“Estamos ganando – eso es todo lo que importa”, expresó Rodríguez. “Mientras sigamos ganando, definitivamente vamos a seguir divirtiéndonos”.

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