El último día del mercado de fichajes en el fútbol llegó el bombazo en el baloncesto. Donovan Mitchell se va a los Cleveland Cavaliers, según ha informado Adrian Wojnarowski. Mitchell deja Utah convertido en una de las grandes estrellas de la NBA y uno de los pocos jugadores ‘gordos’ cuyo futuro aún no estaba definido.
Es inesperado, porque la rumorología con la que había iniciado el verano cesaba su fortaleza en las últimas fechas, y es hacia una franquicia que no estaba en las quinielas para ser destino ideal. Los grandes gurús señalaban, por encima de otras, a Nueva York y unos Knicks pidiendo talento diferencial a gritos. Pero jamás ofrecieron algo que convenciese a Utah.
Los Jazz ya habían abierto la puerta al ’45’ y con el movimiento certifican que una etapa había terminado. A cambio reciben a Lauri Markkanen, Collin Sexton, Ochai Agbaji, tres primeras rondas y dos swaps. No parece un gran cambio, pero la realidad es que era necesaria para la salud de la franquicia mormona. Mitchell no quería seguir tras su ‘mal rollo’ con Gobert -también terminó fuera-, el fin de la etapa de Snyder en el banquillo, y considerar que su intento para llegar a ser campeón en Utah no tendría final feliz.
Cleveland, que en la última temporada cayó en el Play-In, suma un activo importantísimo. Joven -tiene 2x años-, contrastado en Play-Offs y se sumará a un equipo que tiene a otro All-Star como Collin Sexton o al jovencísimo Evan Mobley. Una apuesta por dar el salto.