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Aficionados puertorriqueños logran récord al teñirse de rubios

Los rubios han vuelto.

Puerto Rico impuso el viernes el récord Guinness, cuando 192 hombres se tiñeron simultáneamente el cabello de rubio, como una muestra de apoyo a la selección que buscará ganar el Clásico Mundial de Béisbol, tras finalizar dos veces en el segundo sitio.

Originalmente, los peloteros boricuas se tiñeron de rubios antes del Clásico de 2017, como una broma. No esperaban entonces que multitudes de fanáticos en la isla los emularan, a tal grado que las farmacias y salones de belleza se quedaron sin tinte para el cabello.

El torneo solía realizarse cada cuatro años, pero la pandemia obligó a postergarlo por dos. Así, tras seis años sin una fiebre semejante de tintes y sin poder vitorear al “¡Team Rubio!”, muchos puertorriqueños estaban ansiosos por ver si la tendencia continuaba.

Los peloteros decidieron conservar la tradición este año, y la gente en la isla, donde la mayoría de la población tiene cabello oscuro, volvió a responder adoptando tonalidades que van del platino al anaranjado — incluyendo a veces rastas y barbas — para mostrar su apoyo al equipo.

“Entre más pelo rubio, más unido va a estar el pueblo”, consideró el fotógrafo Miguel Rodríguez Camilo, mientras esperaba para aclarar el color de su cabello castaño oscuro.

Rodríguez Camilo fue uno de más de 200 hombres que se presentaron el viernes para el teñido masivo. Algunos fueron descalificados por diversas razones, incluido el hecho de no haberse tomado una foto obligatoria que los mostrara con la tonalidad de cabello que tenían antes de pintárselo.

Natalia Ramírez, adjudicadora de Guinness World Records, destacó que también hubo descalificaciones de personas que tenían ya el cabello blanco o gris.

“Si no se nota el cambio, no cuenta”, sentenció.

Los participantes se sentaron en una zona al aire libre durante incluso 45 minutos, usando gorras plásticas para la ducha, mientras se reían uno del otro, se tomaban selfies y se miraban en las pantallas de sus teléfonos. Los encargados del tinte llegaban luego y echaban un vistazo por debajo de las gorras.

“No lo iba a hacer, pero los compañeros me presionaron”, confesó William Davidowski, de 51 años y de cabello castaño claro, quien trabaja en la aseguradora que ayudó a organizar el acto.

El Clásico Mundial comenzó apenas, pero Davidowski no sabe cuánto tiempo se dejará el cabello rubio.

“Depende de cómo salga”, comentó entre risas.

Casi una hora después, se marchó, con una gorra de beisbolista puesta.

Los organizadores del acto tenían ocho horas para batir el récord anterior, establecido en Buenos Aires en marzo de 2013, cuando 160 personas se tiñeron el cabello. Más de cinco horas después del inicio del evento del viernes, el participante número 161, responsable por quebrar la marca, ingresó en medio de aplausos y gritos de los presentes.

“Que siempre apoyemos a los nuestros”, dijo Tomás Nieves, de 22 años y quien trabaja como técnico de aire acondicionado, con voz muy baja. Explicó que estaba nervioso por toda la atención generada.

El “Team Rubio” estuvo a punto de adoptar otro color de cabello este año.

Surgieron versiones de que los peloteros se pintarían el pelo de azul, pero “algunos muchachos se pusieron algo tímidos”, contó Francisco Lindor, campocorto de los Mets de Nueva York, durante una conferencia de prensa reciente.

Javier Báez, torpedero de los Tigres de Detroit, publicó después una foto en Instagram. Aparecía con el cabello teñido de rubio.

“Ésa era la que había”, comentó Lindor.

Esta vez, el equipo ha estado más preparado para el tratamiento capilar. Contrató a cinco peluqueros y expertos en teñido, en comparación con una persona para cada tarea en 2017.

Una universidad local que ayudó a organizar el evento del viernes compró 36 kilogramos (79 libras) de decolorante.

“El pueblo de Puerto Rico lo adoptó. Le vino bien a ellos y a nosotros como equipo. Entonces, ¿por qué no continuar con esta tradición?”, preguntó esta semana Yadier Molina, excatcher de los Cardenales de San Luis y manager de la selección.

Está por verse si todo este entusiasmo que literalmente se ha subido a la cabeza de los boricuas se traducirá en un campeonato.

Puerto Rico disputa este sábado su primer juego, ante Nicaragua. El domingo se mide con Venezuela.


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