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NBA

Se Celebró con el ‘Laker más grande de todos los tiempos’.

CDXtra. Los Ángeles (EE.UU.), Fue una ceremonia a la altura de una leyenda.

El histórico momento se vivió en el descanso del partido que disputan los nuevos Lakers ante los actuales campeones de la NBA, los Warriors de Golden State, que se fueron al vestuario con la ventaja parcial de 53-57.

Con realeza de pie y con la familia de los Lakers unida y rendida a sus pies, Kobe Bryant presenció el retiro de sus dos camisetas, las míticas No. 8 y No. 24 que utilizó a lo largo de sus 20 años de carrera profesional.

“Estamos aquí para celebrar al más grande en vestir la púrpura y dorada”, aseguró Magic Johnson, uno de los pocos en ser siquiera parte de esa prestigiosa conversación.

Los elogios cayeron desde los cuatro costados del STAPLES Center, pero fue Shaquille O’Neal, su socio en el tricampeonato 2000-02, resumió su lugar en la historia lagunera.

Su carrera ilustre recibió un reconocimiento a su medida. Shaq, por su parte, tiene en claro cómo quedarán grabados por siempre en la memoria del hincha.

“Seremos recordados como la combinación 1-2 más enigmática, controversial, dominante alguna vez creada”, avisó. “También conocida como el mejor dúo de la historia de los Lakers. Si los ves a Magic y Kareem les puedes decir que lo dije”.

“Yo probablemente soy el Laker más dominante, pero nunca quise ser el más grande…Kobe desde que vino me dijo que sería el más grande”, avisó. “Es una conversación entre él y Magic, pero si me preguntas a mí, soy más de Kobe que de Magic”.

Los luminarios rindieron tributo, desde Bill Russell hasta Allen Iverson, pasando por sus ex compañeros y el resto de los históricos de la franquicia. Rob Pelinka – su ex representante – estuvo parado a unos metros, y cerca suyo se encontraban Jerry West y Mitch Kupchak, los encargados de darle la bienvenida junto al Dr. Jerry Buss allá por el año 1996.

Pero nada de eso importaba a los miles de aficionados seguidores de los Lakers que llenaron de nuevo las gradas, como en las grandes e históricas noches que el propio Bryant protagonizó vistiendo las camisetas con los números que fueron inmortalizados para siempre.

Bryant ganó tres títulos de la NBA cuando portó el número 8 y dos campeonatos cuando usó el 24 en sus 20 años de carrera con los Lakers, el único equipo que tuvo de profesional.

Cuando le llegó su turno, y ante los ojos de su familia y el mundo, Bryant se permitió mirar un poco más allá.

Tomando el micrófono frente a una multitud de pie y cantando, Bryant primero rindió homenaje a los grandes de los Lakers presentes. Agradeció a su esposa, Vanessa, por recopilar numerosos mensajes de apoyo de leyendas del baloncesto como Michael Jordan, Bill Russell y Kareem Abdul-Jabbar, agregando que ella se los regaló antes del último juego de su carrera. Bryant concluyó su breve discurso con un mensaje a sus hijas.

“No se trata de mis camisetas que están colgando ahí para mí, se trata de las camisetas que estaban colgadas ahí antes”, confesó. “Sin ellas, no podría estar aquí hoy. Me inspiraron a mí a jugar al (baloncesto) en un alto nivel. Magic, (Kareem Abdul-Jabbar), Shaq empujándome todos los días. (Elgin) Baylor, (Wilt) Chamberlain, (Gail) Goodrich, West, (James) Worthy”.

Jeanie Buss habló en representación de los fanáticos de los Lakers, e incluso llegó a las lágrimas al agradecerle su lealtad – habiendo elegido quedarse en la organización cuando la tentación tocó su puerta.

“Te pedimos tu esfuerzo y nos diste tu corazón”, recordó.

“Has dejado tu marca por siempre en esta franquicia”, le dejó en claro.

Bryant también le dedicó unas líneas al Dr. Buss – por creer en ‘el chico flaquito de Lower Merion High School en Philadelphia – antes de reubicar la atención en el porvenir: el futuro de los Lakers.

“También se trata de la próxima generación, esta plantilla actual que tenemos aquí”, señaló. “Se trata de personificar el espíritu que existe en esas camisetas ahí. En llevar a esta organización hacia delante, para que los próximos 20 años sean mejores que los últimos 20 años”.

“Esas veces te levantas temprano y trabajas duro, esas veces cuando te quedas despierto hasta tarde y trabajas duro, esas veces cuando no tienes ganas de trabajar y estás cansado y no quieres forzarte, pero lo haces de todos modos, “dijo Bryant. “Ese es realmente el sueño”. Ese es el sueño No es el destino, es el viaje. Si ustedes pueden entender eso, lo que verán suceder es que no lograrán sus sueños. Tus sueños no se harán realidad. Algo más grande lo hará “.

“Todos los años que he estado jugando aquí, el niño dentro de mí nunca se ha ido”, dijo Bryant, bromeando que era un “niño tan joven que tenía que eructarlo antes de la práctica” cuando llegó a Los Ángeles como un 18- novato de un año. “Una de las primeras cosas que hice cuando entré en el Foro, estaba débilmente iluminado, y levanté la vista para ver las camisetas. Antes de cada juego, me enfoqué en mirar hacia arriba para recordarme para qué estaba jugando, cómo llegué aquí y para qué es lo que estamos jugando. … Ser parte de esa pared significa todo para mí “.



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